Como cada año, la temporada de observación de ballenas en la bahía de Samaná, finaliza a mediados de marzo. Son más de 40 mil turistas, los que cada año acuden en pequeñas embarcaciones para aproximarse al lugar donde suelen quedarse los enormes y mansos animales marinos.
Esta temporada, los visitantes que no quieren utilizar embarcaciones podrán acudir a una nueva plataforma observatorio desde tierra firme en Punta Balandra.
Unas 3.000 a 5.000 ballenas migran cada invierno desde las aguas frías del norte a las cálidas aguas cristalinas de la bahía de Samaná, considerada “la casa de las ballenas jorobadas” en el Caribe, con intenciones de aparearse y dar a luz. Las hembras permanecen en aguas poco profundas de la bahía interior para proteger sus crías.
La Bahía de Samaná es el único lugar del Caribe donde se pueden observar las ballenas jorobadas que visitan el lugar cada año. La región es una península montañosa marcada por su intensa relación con el mar y se caracteriza por su frondosa vegetación poblada por cientos de miles de cocoteros que adornan sus colinas y playas.
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