Descubre algunos rincones imprescindibles de la auténtica joya de las Islas Baleares
No es casualidad que ciudadanos de todos los confines del mundo elijan este rincón del Mediterráneo como su lugar predilecto para descansar, divertirse o fijar su segunda residencia. Playas de ensueño con calas de categoría mundial, naturaleza exuberante, cultura y gastronomía de tradición centenaria…
Podrían ser decenas, pero nos conformamos con señalar cinco de los mayores atractivos de esta isla que no puedes dejar de conocer.
PLAYAS
550 kilómetros de costa albergan más de 300 playas de aguas cristalinas y fina arena blanca. Sus calas y majestuosos arenales son el principal atractivo y reclamo para los millones de turistas que la visitan. No puedes irte de la isla sin hacerte algún que otro selfie en playas como El Arenal, Can Pastilla , Formentor y Es Trenc.
Tampoco te pierdas enclaves como Cala Mayor, Cala Estancia y la popular playa de Sa Rápida, frecuentada principalmente por gente de la isla. Cuando el cansancio haga mella y el sol te haya tostado por completo, termina el tour en las playas “caribeñas” de Alcudia y descasa en las magníficas instalaciones del cercano complejo BelleVue Club *** Mallorca
CUEVAS
La naturaleza caliza de la isla convierte a su subsuelo en un auténtico laberinto de galerías, pasadizos y profundas simas de gran belleza. Sin duda alguna las más espectaculares son las Coves del Drach y dels Hams, en la localidad de Manacor.
Exploradas por primera vez en 1880, y con una profundidad máxima de 25 metros, se trata de un entorno absolutamente mágico que parece sacado de otro planeta.
EXPLORA LA CAPITAL
Palma de Mallorca es una ciudad rebosante de cultura, monumentos y rincones con sabor medieval abierta completamente al mar. Su estampa más emblemática es su catedral gótica, conocida popularmente como La Seu.
También destacan por su belleza arquitectónica enclaves como el Palacio Episcopal, el Palacio Real de la Almudaina y La Lonja de Palma, en pleno paseo de Sagrera.
DISFRUTA DE LA ENSAIMADA
Este exquisito, dulce y esponjoso postre es uno de los mayores símbolos de la isla. Su nombre procede del término catalán “saim” que designa a la manteca de cerdo. Las primeras referencias a este producto de repostería datan del S.XVII.
Uno de los lugares más emblemáticos para poder degustarla es el Horno Santo Cristo, un establecimiento mallorquín que las elabora desde 1.910.
PUEBLOS CON ENCANTO
La mejor forma de conocer la isla es perderse entre sus pueblos y gentes. A pocos kilómetros de Palma de Mallorca destacamos la coqueta localidad de Valldemossa, con sus calles empedradas y maravilloso centro histórico.
También señalamos el pueblo costero de Alcudia, donde se puede visitar el yacimiento arqueológico romano más importante de toda la isla.