Su nombre traspasa fronteras. Los ingleses han hecho suyo el término Marbs para nombrar a la ciudad más famosa de la Costa del Sol: Marbella.
Elegida recientemente como el municipio más exclusivo de la Costa del Sol, la ciudad está acostumbrada a brillar. Su clima, alejado de valores extremos y con una temperatura media de 19 grados al año es uno de los principales atractivos.
Lo más curioso de esta ciudad es que combina a la perfección zonas que recogen lo más representativo de la cultura andaluza, sus tradiciones, las estrechas callejuelas del casco antiguo, sus bares de antaño donde encontrar tapas a precios decentes…. con otra cara no apta para todos los bolsillos.
Una faceta protagonizada por el mítico Puerto Banús, que alberga lujosos yates, exclusivas boutiques y restaurantes internacionales pero que no se limita a este. El municipio alberga también incontables urbanizaciones cuyos apartamentos o casas alcanzan cifras desorbitadas, clubes de playa y discotecas que requieren una billetera bien llena o gimnasios donde el selfie es lo único importante.
En Marbella disfrutan tanto quienes toman un bocadillo en la playa del Faro (un clásico para los locales) como quienes reservan mesa en restaurantes de cinco tenedores, un estrella Michelín o reservan un palco en el famoso festival Starlite.
Una ciudad donde conviven y se mezclan aquellos que han nacido en ella, a los que les gusta llamarse marbelleros, aquellos que llevan décadas viviendo en la ciudad, marbellíes y aquellos que simplemente han adoptado el municipio como su segunda residencia.
Los marbelleros le dirán con resignación que su ciudad, la del pequeño puerto pesquero, la Romería de San Bernabé o las cañas en Paquito El Limpio no es esa que sale en los medios. Y no les falta razón.
Pero se trata de una visión que se ha quedado incompleta. Y quizás por eso este antiguo pueblecito de pescadores fascina hoy a todos. Por que en él puedes encontrar todo lo que buscas, seas como seas.
Si busca la cara más auténtica del municipio y saber cómo viven los locales no debe dejar de tomarse unos churros con chocolate en La Generalife (otra opción más guiri es tomarlos en la Plaza de los Naranjos), caminar desde el centro hasta Banús, ida y vuelta, por su paseo marítimo de mármol y albero (deporte preferido de los marbelleros) o tomarse un bocata o unas croquetas en el mítico La Polaca, decorado en un estilo marbellero-vintage cuyo encanto les atrapará.
Pero si han venido a disfrutar del glamour y de todo eso que les enseña la tele no se preocupen porque hay oferta de sobra. Pueden comenzar visitando exclusivos clubes de playa como Ocean Club o Nikki Beach e incluso de piscina, como Nao Pool u Opium.
Gente guapa y coches de alta gama se dan codazos por entrar también en el citado Puerto Banús. Obligadas son las fotos en los yates, ante el Ferrari o Maserati de turno.
Si el bolsillo se lo permite también pueden renovar su armario a golpe de Gucci, Chanel, Bvlgari, Valentino, Dolce&Gabanna…
El paseo de la Alameda, la Avenida del Mar, las Dunas de Artola y el parque de Nagüeles son otros de los sitios de visita obligada si se busca un rato de relajación o el contacto con la naturaleza.
Marbella es además un lugar magnífico para hacer picnics. Muchas de sus playas cuentan con zonas de sombra arboladas en las que almorzar tranquilamente o si nos gusta más el campo podemos hacer una jugosa barbacoa en cualquiera de los parques habilitados para ello como Vigil de Quiñones.
Seas de postureo o huyas de él en Marbella hay sitio para todos. A la hora de dormir tenemos el lugar perfecto para todos los gustos. Rodeado de jardines tropicales, con piscina y cerca de la playa. Se trata de BlueBay Banús****, el establecimiento ideal desde el que descubrir todas las facetas de la ciudad.
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